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Castillos y fortificaciones

Quedan en el territorio de Montañas del Teleno algunas evidencias de fortificaciones, torres y castillos de distintas épocas y en muy diferente estado de conservación, aunque en general, la mayoría está en ruinas.


Quizá sea Astorga, por sus especiales características, el recinto amurallado mejor conservado y, posiblemente el más antiguo, dado que se remonta a época romana (siglos III-IV), aunque ha sufrido numerosas modificaciones posteriores, en especial durante la Edad Media, visibles en distintas partes de la ciudad. Así, al trazado trapezoidal inicial se superpone la construcción medieval con cubos semicirculares de distintas dimensiones. La muralla tenía varias puertas y postigos hoy desaparecidos; sobre la Puerta del Rey, en el lienzo noreste, se disponía el escudo de armas de los Osorio, señores de la ciudad.


Suevos, godos y musulmanes se adueñan sucesivamente de la plaza, bien fortificada y de gran interés estratégico, hasta que en tiempos de Alfonso I o de Fruela I vuelve a manos cristianas. En época de Ordoño I se procede a su repoblación, efectuada por el conde Gatón con gentes provenientes de la vecina comarca del Bierzo. Son numerosas las referencias a la ciudad en las crónicas de los siglos X, XI y XII y, desde finales del XIII debió empezar a sufrir la crisis que se generalizó en todo el reino de Castilla y de León; prueba de ello son las quejas que el concejo presenta al rey por los daños sufridos en 1345 que nunca fueron reparados, lo que estaba causando graves perjuicios a la población.


En siglos posteriores se suceden las obras de mantenimiento y consolidación, pagadas no pocas veces con los impuestos recaudados en el alfoz. Es a finales del siglo XV y XVI cuando los marqueses de Astorga construyen su nuevo palacio sobre el solar que ocupaba el viejo alcázar medieval, que fue demolido junto a varios paños de la muralla en el siglo XIX.


Pero no solo Astorga, sino todo el territorio, estuvo durante siglos bajo el dominio de las grandes casas señoriales leonesas, como los Osorio, los Bazan, los Quiñones, los condes de Alba de Liste, etc.).


Medievales son los retos del castillo de El Villar en Nogarejas (Castrocontrigo), también conocido como “la Casa de la Peña” ; el castillo de Peña Ramiro en Valdavido (Truchas). Algo posteriores son el castillo de los Bazán en Palacios de la Valduerna; el torreón de Los Osorio (S. XIV-XV) en Turienzo de los Caballeros (Santa Colomba de Somoza); el castillo de los Quiñones en Villanueva de Jamuz (Santa Elena de Jamuz);y el palacio de los Pernía en Otero de Escarpizo (Villaobispo de Otero). De diferentes construcciones superpuestas se conservan en Castrocalbón los restos del palacio de los condes de Alba y Aliste, en el emplazamiento de lo que debió ser un antiguo castro y luego una fortaleza hispano-árabe.


No faltan tampoco en los pueblos de Montañas del Teleno casonas solariegas, algunas blasonadas, en distinto estado de conservación, la mayoría mandadas construir a partir del siglo XVI, como las existentes en la Valduerna en Villamontán o en Palacios; o pertenecientes a órdenes militares, como la de Santiago en Destriana, donde también un escudo rememora la “casa de la Inquisición”, al igual que en Lucillo, donde apenas se mantiene el nefasto recuerdo de la casa que, junto a la iglesia, ocupó dicha institución.


Castillo de Peña Ramiro, en Valdavido Truchas


Cuenta una vieja leyenda que La Cabrera debe su nombre a un episodio ocurrido en este castillo. Un poderoso ejército musulmán tomó la fortaleza, pero los cristianos no quedaron conformes con la afrenta. Pero como su capacidad era muy inferior a la de los agarenos, idearon una hábil estrategia. Atacarían de noche, por sorpresa, y gran parte de su ejército serían cabras a las que atarían antorchas en los cuernos simulando antorchas portadas por hombres.


La noche elegida emprendieron el ataque y los soldados cristianos condujeron su singular rebaño ladera arriba hasta el castillo. Los sarracenos, desconcertados por aquellas tropas que parecían espectros, huyeron despavoridos y no pararon hasta Torneros de la Valdería, donde descubrieron el engaño diciendo “capra era”, aunque ya era tarde para ellos.


El castillo se adaptaba al cerro donde se ubica, por lo que presenta planta triangular, con dos torres: la principal, de planta cuadrada y dos alturas, todavía muestra restos de una puerta con arco de medio punto, una ventana y dos saeteras; la otra era trapezoidal y ahora se encuentra en muy mal estado, afectada como el resto de la fortaleza, por una gran escultura religiosa.


A cierta distancia en otro cerro, se aprecian los restos de una tercera torre ahora arruinada.


Las primeras referencias que se tienen de este castillo se remontan a 1126, cuando su tenente Ramiro Froilaz.


Palacios de la Valduerna. Castillo de los Bazán


Se trata de una fortaleza de planta cuadrangular que mostraba, en tres de sus esquinas, cubos circulares como elemento de refuerzo y, en la cuarta, la torre del homenaje, de planta elíptica, que en la actualidad es de los pocos elementos, junto a algún paño de muralla, que permanecen en pie.


El castillo perteneció al linaje de los Bazán que, en época de Enrique IV obtuvieron el título de vizcondes de Palacios en la figura de Pedro Bazán.


Torreón de los Osorio. Turienzo de los Caballeros


Turienzo es uno de los pueblos de mayor raigambre en el somontano del Teleno. Allí se levanta desde el siglo XV la torre de los Osorio, marqueses de Astorga, único vestigio de la fortificación que mandó construir esta familia.


Se trata de una torre en mampostería de piedra y planta cuadrada. Debió presentar cuatro alturas, con una gran chimenea en la sala principal, y una mazmorra. Está rematada por un almenado.


Sobre la puerta aparece un pequeño escudo con dos lobos.


En la actualidad es de propiedad particular.


Castillo de Castrocalbón


Emplazado en el paraje de El Castro, sobre un asentamiento anterior de la Edad del Hierro, del castillo medieval apenas se conservan los restos de una torre semicircular, el aljibe y una puerta de sillería del lienzo oriental. Su planta era trapezoidal y ocupaba un altozano rocoso entre el río Eria y uno de sus arroyos tributarios.


Las primeras referencias escritas mencionan en 1084 “Castro Caluone” como una estructura defensiva, aunque el castillo se fortificó en el interior del castro después del s. XI, mediante un encofrado de cal y canto, posiblemente en la misma época (1152) en que la villa es cedida por Alfonso VII a la condesa María y su esposo, Ponce de Cabrera, para su poblamiento.


Castillo de Villanueva de Jamuz


Perteneciente a la poderosa familia de los Quiñones, el castillo fue construido en el siglo XV por Diego Fernández de Quiñones y su esposa, doña María de Toledo, familias a las que pertenecen los escudos que todavía se aprecian en la construcción.





Parece que el primer elemento levantado fue la torre del homenaje, de planta cuadrada y, casi un siglo después, se cierra el recinto amurallado, dejando la torre en uno de sus vértices y disponiendo en los otros tres, cubos de planta circular. La cerca muestra mampostería hacia el exterior y tapial en el interior, estando especialmente reforzada la zona de la puerta, la más débil de la construcción.


Uno de los habitantes más renombrados de este castillo fue don Suero de Quiñones, el del paso honroso, quien en 1434 mantuvo durante un mes una justa por amor a una dama.


En la actualidad es de propiedad particular.


Palacio de los Pernía. Otero de Escarpizo


Centro de un antiguo señorío, la casa palacio de los Pernía parece remontar su origen al siglo XVI, cuando fue mandada construir por los Alvarez de Escarpizo, familia que luego emparentó con los Pernía. Su estado de conservación era malo hasta que hace unos años fue restaurada y convertida en centro cultural y museo Etnográfico, donde se custodian distintos elementos de la vida tradicional de La Cepeda. Del palacio destaca sobre todo una torre de planta rectangular y varios escudos que se disponen en la fachada principal del mismo.


Contemporánea del palacio podría ser la capilla de la iglesia de Otero, de estilo renacentista, una de las joyas arquitectónicas de la comarca de La Cepeda.


Otras “ torres” en el territorio


En el territorio hay otras tres torres, o más bien sus restos, de difícil catalogación. Se trata de la torre de Laguna de Somoza, ubicada en un altozano al sur del pueblo; una construcción circular en piedra, que la gente de la zona conoce como el molino, ya que parecen ser los restos de un molino de viento que debió estar en funcionamiento hasta principios del pasado siglo XX. Sería la única evidencia de este tipo de construcciones existente en todo el territorio.


En Fresno de la Valduerna, aislada entre campos de cultivo en la llanada se levanta otra torre de origen incierto. Aunque la tradición local la vincula a una antigua fortaleza hispano-árabe, no hay ninguna evidencia al respecto y parece más probable que se trate de los restos de una iglesia de un antiguo poblado hoy desaparecido, o del mismo pueblo de Fresno, que debió cambiar de emplazamiento debido a una epidemia.


También en Congosto, en una elevación próxima al pueblo, se yergue apenas una pared de lo que muchas veces denominan "torre", pero en este caso, la torre de la antigua iglesia de san Pedro, ahora desaparecida.


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