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#Jiménez de Jamuz

¡Buenas!


Me presento: mi nombre es Jiménez, un pueblo de los mayores y más pródigos en gentes que hay en Montañas del Teleno, pues sobrepaso los 500 habitantes. Para ser exactos, 776, entre hombres y mujeres, viven en mi solar.


Mi padre es el río Jamuz, nacido las estribaciones de la Sierra del Teleno. Mi madre es la noble arcilla de los barreiros. Con estas raíces, no es extraño tener un semblante tan característico… Bermellones por el barro, tostados por los campos o el matorral y tenues verdes como el haz y el envés de la hoja de encina son los colores de mi piel.


No soy rico en vegetación ni en horizontes agrestes; pero, los parajes que forman mis sinuosos repechos al romper la sencillez de la llanura cultivada por el hombre para producir cereales, salpicadas de rodales de encina, son cuanto menos, bellos, apacibles, delicados,… a la vista y al resto de los sentidos con los que se puede disfrutarlos.


Hermosas, muy hermosas son mis cuestas colonizadas por las bodegas cual un hormiguero en cuyas cavas siempre frescas, duerme, cosecha tras cosecha, el vino hasta alcanzar la madurez suficiente que le permita acompañar en las mesas de los vecinos a platos tan distintivos de mi gastronomía como el bacalao, los caracoles, el conejo, las sardinas en conserva,… por supuesto “a la jimeniega”.


Han sido siempre mis padres, generosos regalando agua y barro, materias dignas del mismo Hacedor Divino; y, los hombres que me habitan, sagazmente industriosos. Entre unos y otros han dado lucimiento y fama a una de las artesanías más antigua que existe, la alfarería. Tal pericia alcanzaron los jimeniegos en estas lides que no sólo han manufacturado todo tipo de “cacharros”, desde una simple cazuela hasta un botijo “de trampa”, útiles para cocinar, para conservar, para el agua, para el vino…; sino que deslumbraron incluso al gran arquitecto Antonio Gaudí y, así, el barro vidriado alterna con la piedra en el magnífico Palacio Episcopal de Astorga. Por si esto fuera poco, por Resolución de la Dirección General de Comercio y Consumo de fecha 15 de mayo de 2017 de la Junta de Castilla y León, se me ha reconocido como Zona de Interés Artesanal (ZIA); por que las piezas que mis alfareros moldean con pericia tienen un color rojo característico y sus formas son distintivas.


No hay casas solariegas que emperifollen mis calles; pero, el conjunto resulta armonioso aunando las tradicionales construcciones, por supuesto, de tapial, con las más innovadoras en sus formas y materiales, porque los tiempos cambian y no se puede ir contracorriente. No faltan ajardinamientos, plazas y plazoletas, mobiliario urbano y de recreo infantil, viales asfaltados,… porque, en mí, no se ha detenido el paso al progreso; al revés creo ser un pueblo moderno que también tiene en su interior ciertos lujos envidiables como Casa de Cultura, polideportivo, piscinas, museo, bares, restaurantes, hoteles…


A pesar de esto, guardan mis vecinos, con mimo, el patrimonio heredado de sus mayores. No hay ningún otro pueblo tilenense que pueda presumir de manifestaciones etnográficas y culturales como “los Mayos” que cada año planta en las calles figuraciones de escenas de la vida cotidiana acompañadas de ripios o moralejas locales, creadas utilizando, además de un derroche de imaginación, con materiales u objetos de desecho, rescatados para tan artístico fin. Y, ¿qué me decís de el Viacrucis viviente, esa representación que desde el año 1976, salvo fuerza mayor, los jóvenes hacen cada Semana Santa de la Pasión de Cristo?, ¿y del Certamen de Teatro “Tierra de Comediantes” que congrega a compañías de toda España?,… o ¿de que se haya dedicado un museo exclusivamente a la alfarería, reconocido dentro de la red de Museos de Castilla y León?... Puede ser pretencioso que uno mismo hable de sus virtudes y esconda sus defectillos para ser votado como uno de los 10 pueblos Tilenenses más bonitos en 2021,…; pero, como no tengo abuelos, queda excusada la falta. Además, como dijo el Padre Albano García Abad, quien durante años gastó gran parte de su tiempo en conocer y estudiar las señas de identidad del Sur leonés:


"… Bien mirado todos somos algo jimeniegos; pues, según la Biblia, del barro procedemos y, a él volveremos, pero hechos figuras de otro alfar"


Así pues, puesto que todos los Tilenenses somos “parientes”, ¡votadme!


Presenta la candidatura: Yo mismo, el pueblo de Jiménez de Jamuz

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