Tilenense, Tilenenses

La Real Academia de la Lengua Española concreta que, un adjetivo gentilicio, es aquel que “manifiesta relación con un lugar geográfico”, ya sea un pueblo, ciudad, comarca, provincia, región, país, continente, o cualquier otro término. Señalan también los sabios de nuestras letras que, el gentilicio, denota el origen de las personas o de las cosas, no su residencia.

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Todo claro, sin embargo, aunque es incuestionable que el sitio de nacimiento no puede cambiarse, también es cierto que existe el “gentilicio por adopción”; es decir, el que, por apego, asume quien se establece en una localidad diferente a donde fue alumbrado, el que se adquiere por simple estima al lugar donde están las raíces familiares o simplemente el que nos atribuimos en honor a aquel territorio con el que experimentamos una unión sentimental particular; es decir el “que nos tira”; pues, no todo el mundo tiene la suerte del caracol que, como bien dice el refranero, “donde nace pace” y, no es menos cierto que “el burro no es de donde nace, sino de donde pace”.

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Así pues, en aras a apellidar a quienes tenemos relación por “nacencia, residencia y querencia”, con el territorio formado hace más de 25 años con la unión de las comarcas históricas de Cabrera, Maragatería y las Vegas de los Ríos Éria, Duerna, Jamuz, Tuerto y Turienzo, bajo el nombre común de Montañas del Teleno, se ha creado el gentilicio “Tilenense”, con un sentido totalmente inclusivo, para aludir sin distinción tanto a los hombres como a las mujeres, tanto a los niños como a los adultos y mayores, tanto a los de la vera de la peña como a los de más abajo,…; porque todos somos “parte del Teleno” y nuestro objetivo es poder vivir “en” y/o trabajar “por y para” esta tierra y preservar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio natural, historia, tradiciones, costumbres,… singulares y únicos que convergen, desde que el mundo es mundo, de un lado y de otro de la Sierra.

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Somos, pues, a mucha honra, “Tilenenses” y, la esencia que encierran estas palabras es que ninguno de “Los y Las Tilenenses” quiere que cuando se cuente nuestra historia, la de estos paisajes y sus paisanos, se empiece con un aciago “Érase una vez…”; sino que existe la voluntad firme y unánime de que comience con frases llenas de esperanza y valentía:

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“Érase, es y será, un territorio formado por comarcas y pueblos llenos de vida. Érase, es y será,

Montañas del Teleno un país de gente orgullosa de su pasado que encara día a día, codo con codo,

la batalla por el futuro”.

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Aunque no aparezca en el Diccionario, aún…, tenemos nuestro apelativo solariego, con género gramatical neutro y número tanto singular como plural, Tilenense y Tilenenses. De nuestra mano queda conseguir que, por propio mérito, se escriban siempre y para siempre con mayúsculas.

Ana Fe Astorga González