Al son de las castañuelas, la chifla y el tamborín, celebra La Maragatería cada segundo domingo de octubre a su patrona, “la maragatina”, Nuestra Señora de los Remedios.
Tenida por muy milagrera, no solo las gentes de La Somoza acuden a besar el manto de la Virgen, también las del Bierzo, el Eria y el Duerna. No en vano el Santuario de los Remedios, en Luyego de Somoza, a pesar de su sencillez, es uno de los más venerados de la diócesis asturicense.
Asentado sobre una ermita anterior, ha sufrido sucesivas remodelaciones; una de las más importantes finalizó en 1772, realizada a expensas de don Manuel Soto y Macía, presbítero que a sus 80 años recobró la vista tras encomendarse a la Virgen. Se trata de una cuidada ermita en la que contrasta la austeridad exterior con la profusa decoración del interior.
La talla de la Virgen, que se custodia en el interior, data de 1628 cuando unos vecinos de Luyego la encargaron al artista local Gabriel González.
Además de misa y procesión, el día de Los Remedios no faltan maragatos ataviados a la antigua usanza y bailes tradicionales; se canta el ramo y la salve y maragata y, en la feria, se compran las típicas las avellanas, los perdones, como se dicen en la comarca.