RUTA AL LAGO DE TRUCHILLAS
El camino, de 5 Km, parte de la carretera que une el pueblo de Truchillas con el Alto del Peñón (1.888 m), en la divisoria entre Zamora y León. Remonta el cauce del río del Lago hasta alcanzar el propio lago de Truchillas y ofrece la posibilidad de contemplar un paisaje modelado por los glaciares que ocuparon este valle durante el Cuaternario.
En su inicio el sendero es amplio, sin apenas desnivel y discurre paralelo al cauce del río. Al llegar a un rústico puente de madera que permite vadear el río, la senda remonta la “Cuesta Millín”, una de las morrenas laterales formada al depositarse materiales que arrastró la lengua glaciar en su desplazamiento. Salvado el desnivel, la vista se pierde en el amplio valle. Modelado primero por el hielo y ahora por el río, en él aparecen desperdigadas praderas encharcadas o “caleyos” que cobijan varias turberas y a sus peculiares habitantes. La vereda continúa en ascenso hasta la “Llama de los Cochinos”, una pradera de céspedes almohadillados tradicionalmente aprovechada por el ganado.
Más adelante el camino gira a la derecha para dar vista al espectacular circo rocoso que circunda el lago y retiene las límpidas aguas procedentes de neveros y de la fuente de la Fermosina, situada en su parte superior.
VALLE DE MATORRAL
Un manto de brezos y retamas cubre las escarpadas laderas del amplio valle de fondo plano y acompaña al caminante durante todo el recorrido. Resultado de ancestrales aprovechamientos agrícolas y ganaderos que tenían en el fuego un eficaz aliado para eliminar las matas y hierbas inútiles, favoreciendo la obtención de suelos limpios para la obtención de pastos aprovechados por el ganado. Estos matorrales de pequeño porte que tiñen el valle de rosa y amarillo llegada la primavera, han desplazado a la vegetación original. Los bosquetes de abedul, aliso, roble y serbal, que antaño, con toda probabilidad ocuparon bastas extensiones en el valle de río del Lago, aparecen ahora reducidos a exiguas manchas dispuestas en la ribera y en las zonas más abruptas e inaccesibles del valle.
Esta espesa capa de vegetación que forman árboles y matorrales, impide observar los depósitos glaciares y las formas cinceladas por el hielo, que durante millones de años ocupó este valle.
CAMBIOS CONSTANTES
Las características de la Tierra a lo largo de su historia geológica no se han mantenido constantes. Temperatura, clima reinante, agentes erosivos, formas y relieves, han ido cambiando durante millones de años, siendo, en algunos momentos, muy diferentes de los actuales.
Durante el Cuaternario, período geológico que abarca desde hace aproximadamente 2 millones de años hasta hace 10.000 años, las pizarras y cuarcitas que en la actualidad forman el valle del río del Lago, al igual que casi el 30% de la superficie terrestre, estuvieron cubiertas por glaciares, como revelan las suaves formas modeladas. Durante este tiempo tampoco la temperatura permaneció invariable; se sucedieron cuatro períodos de intenso frío (glaciaciones), separados entre sí por otros períodos en los que el frío remitía (períodos interglaciares), haciéndose patente el retroceso de los hielos. Aunque el valle de Truchillas ya no sufre el modelado glaciar, siguen estando muy activos el efecto hielo-deshielo, que desmenuza las rocas formando canchales y la erosión del río del Lago, responsables actuales de este singular paisaje.
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