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#Truchas

EL HECHIZO DE LOS ORÍGENES.

 

Si La Cabrera es “Tierra Mágica y Sagrada”, la localidad de Truchas es su corazón. Cuentan las leyendas que es, por eso, por lo que le pusieron ese nombre a la localidad, una denominación que derivaría del término de raíz céltica druida, formado a partir de la palabra derya, que significa roble, el árbol venerado por las tribus prerromanas que habitaron estas tierras… si bien, con la conquista de Roma, las gentes de la Cultura Castreña del Noroeste fueron sometidas y su religión fue declarada fuera de la ley en el siglo I d. C. y toda referencia a ellos desapareció a partir del s. II a. C., sumiendo los orígenes de Truchas en la oscuridad. Sea como fuere, los primeros pobladores, sabiamente, se asentaron junto a un generoso río, el Éria, cuyas aguas, como antaño, siguen bajando cristalinas desde las cumbres.

 

Escogieron un pequeño llano al abrigo de los montes Teleno y Aquilanos, y fundaron un precioso pueblo rodeado de un paisaje peculiar y surtido. No se puede decir que la vegetación sea exuberante (matorral, bosquetes de roble, pino de repoblación, arbolado de ribera,…); pero, sí, que resulta muy llamativa pues se irisa en cada estación, vistiendo a lo largo del año intensos colores verdes, malva y amarillo en primavera, tostados en el verano, cenicientos en el otoño y blancos cegadores en el invierno todo ello bajo el azul inmaculado del cielo. Por fortuna, el espectacular paisaje entorno a Truchas, no se ha visto alterado por la intensa actividad de las canteras de pizarra y sus horizontes aparecen sin heridas ni gigantescas escombreras por lo que los valores medioambientales siguen ilesos. Truchas, es un pequeño paraíso sembrado de construcciones, con una factura tan original que ha merecido la atención de doctos estudiosos, que han calificado su arquitectura como única.

 

Si bien, realmente, no hace falta ser ningún erudito para valorar la belleza y singularidad de los inmuebles que alinean sus calles, desde las viviendas más nobles a las más rústicas, los molinos, fragua,… y hasta los pajares más sencillos ofrecen al casco urbano buena parte de su innegable encanto… unas calles que se recorren con los pulmones henchidos de aire puro y los ojos entrecerrados por la inmensa luz que se cuela por todos los rincones, lo que hace aún más placentera la visita a esta localidad o habitar en ella.

 

Otra de las singularidades de Truchas es su puente de piedra, conocido popularmente como de “Los Sapos”… ¿será por lo de las raíces arcanas de esta tierra?... Su datación se remonta a los primeros siglos de nuestra Era, una solución de la minuciosa ingeniería romana frente a la absoluta necesidad de atravesar el cauce del río con el mineral en dirección a la Urbs Magnifica, durante los largos siglos de explotación aurífera a la que el Imperio sometió a todo el territorio. Aunque, el espectacular puente que hoy podemos no sólo admirar, sino también pasear por su arqueado lomo, ha sido reconstruido y restaurado en más de una ocasión para resistir tanto los avatares de la historia, las inclemencia del tiempo y, sobre todo, las impetuosas crecidas del Éria.

 

Y, hablando del río Éria, no sólo cautiva por su belleza, sino que guarda alguna que otra sorpresa en su cauce… y, no, no nos referimos a su riqueza piscícola, sino a rincones como “Las Pozas”, donde se puede disfrutar con todos los sentidos… para muestra, valgan dos fotos… Fotos: https://www.elbierzodigital.com/pozas-truchas-cabrera/456598 Con esto y las imágenes que van junto a esta candidatura, no se puede negar que Truchas es uno de los pueblos tilenenses más bonitos… ah, y ¡¡mágicos!!

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